Hacía frío, estaba oscuro, la humedad calaba mis huesos y, había una niebla densa que apenas me permitía ver más allá de un palmo.  No vi a nadie más, estaba sólo y, ¡sentí miedo! Mi respiración se aceleró y mi corazón latía con fuerza, todos mis sentidos estaban en alerta máxima. 

No sabía dónde estaba, ni por qué estaba allí. ¿Hacia dónde me podía dirigir y, qué me podía encontrar?  Empecé a caminar despacio, paso a paso ,y allá al fondo vislumbré una luz tenue. Poco a poco me fui acercando, y la imagen borrosa cobró nitidez.

¡Entonces los vi!  Mi corazón latía cada vez más deprisa, intenté huir pero no pude. Sentí mis pies pegados al suelo como si tuvieran raíces que llegaran al centro de la tierra y, ¡no me pude mover! Ellos, allí estaban.

Venían hacia mí, se acercaban rápido, con las fauces abiertas, dispuestos a desgarrarme vivo y…

¡Noooooo! 

¡Eran los exámenes!

Entonces ¡se despertó!

Estaba sudado, con taquicardia, no podía discernir lo que había pasado.

Durante unos segundos se sintió aturdido, miró a su alrededor y, se hizo consciente de que estaba en casa, en su habitación, con su ordenador, sus libros, su equipo de música.

Puso los pies en el suelo para poder palpar la realidad y, poco a poco se fue calmando.

Entonces conectó con su conciencia…

—Esto tenía que suceder, no puedo seguir así.

Se fue al lavabo, se lavó la cara. Se apoyó en el lavamanos, se miró al espejo y, por un instante, ¡se vio!.

Fue como si por unos segundos, pasara su vida entera delante de sus ojos.

—Sí, yo, “el gran Edu” como algunos me llaman, el ocurrente, el que siempre tiene ganas de juerga, el divertido, el inteligente, el simpático, el espabilado, el que tiene respuestas para todo, el que trae locas a las chicas, (menos a Cristina, que es la que realmente me importa y, tengo que admitir que no me hace ni caso). Y el que, una y otra vez defrauda a mis padres. Ellos esperan mucho más de mí. Dicen que soy un vago que, si trabajara más, tendría un futuro brillante. ¡Bah, viejos! ¿de qué les ha servido a ellos trabajar tanto, si no han sabido disfrutar de la vida o, vivirla a tope como yo hago?

Se sentía mal y se fue a la terraza para sentir el aire fresco. El cielo estaba despejado y, las estrellas brillaban con fuerza. Miró el reloj, eran las 2 de la madrugada y volvió a la habitación, puso música y…

—¡No puede ser! —Edu se quedó pensativo— ¿cómo se me puede ocurrir esto? ¡Estoy loco! —por un momento se quedó quieto, mirando la pantalla del ordenador sin verla— ¿qué pierdo   con probarlo?

Y como si fuera un autómata, conectó el ordenador, se metió en la red, navegó y navegó por Internet, buscando algo, a alguien o no se sabe el qué

Y de golpe, al otro lado ¡alguien respondió!

∑∋ψ  ψℵ∂∏  ∝ϖℑ  ζξ⊕ι

—¡Hola! —escribió tímidamente Edu.

⊗ℵΓ  ðΓÍ  ¥ξ⊗ℜ  ΓŒÞ

—¡No entiendo nada! ¿puedes traducir?

Me llamo Wip, vivo planeta Trak.

—¡Hola!

Puedo ayudarte estudiar

—¡Siii! —Edu salto de la silla.

Afirmativo, sí.

—Oye ¡eh! y ¡eh! ¿así en un Pis-Pas?

Tienes que seguir metodología.

—¡Ah! Y oye, ¿eso me llevará mucho tiempo?

Paso-paso.

—¿Estoy despierto? ¡Uaaa!  si que me he pellizcado fuerte —Edu no se podía creer lo que le estaba pasando.

Empezamos ahora.

—¡Tío! Que son las 2 de la madrugada, he tenido una noche de perros, he vivido la peor experiencia de mi vida y estoy hecho…

¡Stop! Demasiados caracteres.

—¡Jolín!

Empezamos ahora.

—¡señor, sí señor! —se puso firme golpeando los talones haciendo el saludo militar.

¡Compórtate adulto! Yo no pierdo tiempo.

—Perdona tío —Edu se quedó cortado.