—Hola! me dijo, mientras me miraba como siempre lo había hecho.

¡Hola! contesté atropellada, y con las mejillas ardiendo ¿Cuánto tiempo?

Sí. Estás como en mi memoria. Pero ¿donde has dejado tu pelo largo y negro? dijo mientras lo acariciaba, y yo acogía su nostalgia perdiéndome en el recuerdo.

Hace años lo corté, y el paso del tiempo, hizo el resto. ¿Tuviste éxito en la vida? le pregunté con respeto.

Sí, mi carrera progresó volvió a mirarme con anhelo Y tú, ¿te fuiste por fin a África, a curar a los indefensos?

Sí, allí estuve una temporada, aprendiendo lo que no está escrito y curtiendo el temperamento dije bajando la mirada para no ver su lamento. Y tú ¿te volviste a enamorar?

Bueno, estuve una época casado con una mujer hermosa, que me dio dos hijos varones. Pero, al no sentirse amada, me dejó solo con mi ensimismamiento dijo mientras me rozaba la cara con sus dedos Y tú ¿encontraste el amor?

Hubo algún que otro hombre, que pasó por mi vida, sin dejar marca ni huella, y ahora, no me arrepiento.

Y sin mediar palabra, me cogió de la mano como siempre lo había hecho. Nos miramos a los ojos, y dejamos pasar el tiempo.